PANCHO ANAVITARTE
Según nos indica el observatorio 16 al 31 de octubre de 1992 “Desde las gradas” por Alberto Ávila nos habla un poquito de Don Pancho Anavitarte.
Al llegar joven al pueblo de Camuy irradiaba simpatía por doquier, un hombre verdaderamente bueno en el verdadero sentido de la palabra. Esto fue para fines de la década de los cincuenta y se hizo un camuyano más. Se gano la amistad y la amistad de los que lo conocieron.
Pintor de gran maestría, podemos ver algunos murales en varios lugares de Camuy. Todavía en la vieja escuela intermedia, José Julián Acosta hay dos murales. En el deporte camuyano, dejo su huella indeleble contribuyendo grandemente a la buena marcha del mismo. El baloncesto camuyano que había vivido sus días de gloria, se encontraba pasando por momentos críticos. Pancho siendo un buen baloncelista, y con mucha nobleza se dio la tarea de resurgir el baloncesto en Camuy, y logro con su ingenio y su trabajo en levantar el baloncesto de donde se encontraba.
Se empezaron a jugar las clásicas treinta y unas, en la cancha vieja. Los muchachos retomaron acudir asiduamente a la cancha y nuevamente volvió a renacer el amor al baloncesto. La iniciativa de Pancho Anavitarte y un buen grupo de deportistas camuyanos se organizó en nuestro amado pueblo un torneo de baloncesto local que hizo germinar la semilla que florece de los jardines en la primavera. En ese torneo participaron los quintetos “La Alhambra”,” Los Tigres”, del Dr.d Parrilla y “Los Pájaros Locos” de Pancho Anavitarte. Eso fue para el 1960.
En esta ocasión nuevamente Pancho nos muestra su maestría como pintor y dibujo la muy simpática figura del pájaro loco en las camisetas que distinguían a su equipo. Aquella fue una obra de arte hecha con mucho amor y que le dio mucha lucidez al campeonato y a su conjunto.
No solo en el baloncesto tenemos una real deuda de gratitud con Pancho Anavitarte, en el beisbol Pancho fue el primer masajista oficial que fungió como tal con nuestro “Camuy Arenas” allá para la temporada de 1961. Cuando “EL Camuy Arenas” se proclamó campeón de la sección Norte en el 1964, Pancho Anavitarte, era el masajista del equipo y más que masajista era un hermano para todos los jugadores.
Fue un hombre polifacético durante todos los días de su vida. Artista, pintor, baloncelista, pelotero, músico, softbolista, escritor y sobre todo un gran ser humano, al que el deporte camuyano le debe tanto.
Al llegar joven al pueblo de Camuy irradiaba simpatía por doquier, un hombre verdaderamente bueno en el verdadero sentido de la palabra. Esto fue para fines de la década de los cincuenta y se hizo un camuyano más. Se gano la amistad y la amistad de los que lo conocieron.
Pintor de gran maestría, podemos ver algunos murales en varios lugares de Camuy. Todavía en la vieja escuela intermedia, José Julián Acosta hay dos murales. En el deporte camuyano, dejo su huella indeleble contribuyendo grandemente a la buena marcha del mismo. El baloncesto camuyano que había vivido sus días de gloria, se encontraba pasando por momentos críticos. Pancho siendo un buen baloncelista, y con mucha nobleza se dio la tarea de resurgir el baloncesto en Camuy, y logro con su ingenio y su trabajo en levantar el baloncesto de donde se encontraba.
Se empezaron a jugar las clásicas treinta y unas, en la cancha vieja. Los muchachos retomaron acudir asiduamente a la cancha y nuevamente volvió a renacer el amor al baloncesto. La iniciativa de Pancho Anavitarte y un buen grupo de deportistas camuyanos se organizó en nuestro amado pueblo un torneo de baloncesto local que hizo germinar la semilla que florece de los jardines en la primavera. En ese torneo participaron los quintetos “La Alhambra”,” Los Tigres”, del Dr.d Parrilla y “Los Pájaros Locos” de Pancho Anavitarte. Eso fue para el 1960.
En esta ocasión nuevamente Pancho nos muestra su maestría como pintor y dibujo la muy simpática figura del pájaro loco en las camisetas que distinguían a su equipo. Aquella fue una obra de arte hecha con mucho amor y que le dio mucha lucidez al campeonato y a su conjunto.
No solo en el baloncesto tenemos una real deuda de gratitud con Pancho Anavitarte, en el beisbol Pancho fue el primer masajista oficial que fungió como tal con nuestro “Camuy Arenas” allá para la temporada de 1961. Cuando “EL Camuy Arenas” se proclamó campeón de la sección Norte en el 1964, Pancho Anavitarte, era el masajista del equipo y más que masajista era un hermano para todos los jugadores.
Fue un hombre polifacético durante todos los días de su vida. Artista, pintor, baloncelista, pelotero, músico, softbolista, escritor y sobre todo un gran ser humano, al que el deporte camuyano le debe tanto.